Se agarran la cabeza y no lo pueden creer. Buscan alguna explicación a lo que les está ocurriendo y no la encuentran. En medio de un escenario soñado pero inesperado, los jugadores tratan de dimensionar lo que hicieron. Claro, es que Panamá se transformó en la gran revelación de la Copa América: le ganó en un partidazo a Bolivia y, por la derrota de Estados Unidos contra Uruguay, se clasificó a los cuartos, instancia en la que espera por Colombia o Brasil.
Con un oído puesto en lo que sucedía en Kansas y la mente en Orlando, el conjunto centroamericano sacó adelante un encuentro chivo, en el que sufrió mucho y en el que evidenció sus limitaciones, más allá de meterse en la próxima ronda del torneo continental. Porque nunca estuvo cómodo. Porque nunca se pudo relajar. Porque, en algunos pasajes, fue superado ante el débil equipo boliviano.
José Fajardo, el héroe ante EE.UU., abrió el marcador en el primer tiempo. Sin embargo, el 1-0 hizo que retrocediera y Bolivia se animó a ir por la igualdad: creó situaciones, erró muchísimo pero pudo conseguirla en el complemento por medio de Bruno Miranda.
Los nervios de Panamá por el 1-1 que lo dejaba afuera rápidamente se desactivaron por el gol de Uruguay y, poco más tarde, por los gritos de Eduardo Guerrero y Yanis Velasco. Sí, tomó el canal hacia los cuartos.
Hicieron historia
Una mujer dirigió por primera vez en Copa América. Fue la brasileña Edina Alves, quien estuvo acompañada por Nauza Beck y Mary Blanco.
Edina Alves, de Brasil, hizo historia en la Copa América. (AP)
