Este domingo murió el chofer de trolebús de la línea “K” que fue baleado el último jueves mientras trabajaba. Se trata de Marcos Iván Daloia, de 38 años. Es la cuarta víctima en sólo cinco días de los ataques sicarios desatados por grupos narcos, tras las requisas que realizó el gobierno en la cárcel de Piñero.
El servicio de colectivos de Rosario continuó este domingo suspendido y la medida de fuerzas se extendió otras 24 horas. «Debido al fallecimiento del compañero Marcos, el día de mañana lunes no habrá actividad de transporte urbano e interurbano. Acompañamos a la familia en este difícil momento», informó la UTA.
La noticia de la muerte del chofer fue confirmada por Andrea Becherucci, directora del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), donde se encontraba internado desde entonces.
“Por el deterioro clínico y neurológico que venía presentando en las últimas 24 horas, en la mañana de hoy se realizaron diferentes test, estudios y diagnósticos que confirmaron a las 13.30 la muerte encefálica del paciente. Esto confirma el fallecimiento del mismo”, indicó la directora del hospital de emergencias.
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La norma habilita a que las fuerzas armadas apoyen las operaciones de seguridad interior mediante sus servicios.
El ataque al chofer fue el jueves mientras estaba trabajando en el interno 122 de la línea K de trolebuses de Rosario. Allí, un hombre simuló parar el medio de transporte y cuando el vehículo paró, el homicida le disparó a sangre fría.
Uno de los disparos dio en la cabeza del chofer. Una ambulancia del Sies lo trasladó al hospital de emergencias y tras sufrir un paro cardíaco, los trabajos médicos lograron reanimarlo.
Durante el viernes, Daloia fue operado: una de las intervenciones se realizó en la zona auricular derecha de la cabeza y la otra, en una vértebra cervical, la primera.
Daloia era un vecino del oeste del centro de la ciudad, en una zona lindera con los barrios Ludueña y Azcuénaga.
Tenía tres hijos y seis años de antigüedad en la línea de trolebuses en la que trabajaba.