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3 de junio de 2024
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El Mundo

Cómo actuar y reponerse tras un terremoto: el ejemplo de Japón


Es sabido que Japón, un archipiélago ubicado en el llamado cinturón o anillo de fuego del Océano Pacífico, enfrenta una constante amenaza de terremotos, tsunamis, tifones y erupciones volcánicas. Es decir que el espíritu de los japoneses se forjó en convivencia de numerosos desastres naturales a lo largo de su historia, que han dejado una huella profunda en su cultura y sociedad, y moldearon su geografía e historia.

A pesar de esto, frente a la adversidad, el pueblo japonés demostró una notable capacidad de resiliencia, adaptándose y reconstruyendo su vida después de cada tragedia. Lo vimos con el gran terremoto de Kantō de 1923, que causó la muerte de más de 100 mil personas; y el recordado múltiple tsunami de 2011, también desencadenado por un terremoto de gran magnitud, que causó la muerte de más de 19 mil personas y provocó un accidente en la central nuclear de Fukushima.

Según el sitio especializado en cultura japonesa, Nippon.com, el archipiélago de Japón está entre las zonas del planeta con mayor número de terremotos. «Si investigamos con detenimiento la historia del país, veremos que hay muchos registros relacionados con terremotos. Sin embargo, en la literatura clásica japonesa apenas se hace referencia a ellos. ¿A qué se debe esto?», indica el informe.

Los japoneses conviven con las tragedias debido a desastres naturales. Foto: archivo.Los japoneses conviven con las tragedias debido a desastres naturales. Foto: archivo.

Según escriben, hay dos razones principales. La primera es que los terremotos tienen consecuencias fatales para las ciudades y es por ello que las principales víctimas son los habitantes de las mismas, pero en la Antigüedad las ciudades eran bastante escasas, la mayor parte de ellas de tamaño no muy superior al de aldeas.

«La segunda razón por la que los registros de Japón sobre sus terremotos pasados son tan escasos tiene sus raíces en la ideología y la forma de pensar de los propios japoneses. En la filosofía política de Japón (al igual que la de toda Asia oriental), los terremotos se consideraban sucesos en los que una existencia que superaba al entendimiento humano castigaba a los gobernantes que hacían sufrir al pueblo. Por lo tanto, los intentos por relatar los efectos de un terremoto, o pintar el estado de una zona afectada por uno, eran vistos como una insolencia, y sobre sus autores recaía la ira de las autoridades de la época», explica el portal.

Los desastres naturales y el espíritu de los japoneses

Pero no solamente los terremotos no eran muy registrados, sino que lo mismo ocurre con las erupciones volcánicas. El monte Fuji, que ya es un símbolo de la unión de Japón con la belleza de la naturaleza, estuvo en actividad mucho tiempo.

«La última erupción llamada Gran Erupción Hōei ocurrió a mediados del periodo Edo, en 1707″, describen. Esa erupción, que ocurrió tras un gran terremoto y decenas de réplicas, cubrió la ciudad de Edo de cenizas. «Pese a los tremendos daños que causó, apenas quedan registros sobre ella», indica el texto.

La tragedia de la central nuclear Fukushima. Foto: archivo.La tragedia de la central nuclear Fukushima. Foto: archivo.

Lo que ocurre es que los japoneses mantienen la calma ante la tragedia y los desastres naturales. Está en su esencia, es el característico «espíritu japonés». «La gente, incluso cara a cara frente a la muerte, fue capaz de mantener su dignidad y tranquilidad», indican en Nippon.com.

Entonces, a pesar de la constante amenaza de desastres naturales, el pueblo japonés desarrolló una fuerte cultura de resiliencia que se debe a un conjunto de factores como el conocimiento ancestral. A lo largo de su historia, el pueblo de Japón acumuló un vasto conocimiento sobre los desastres naturales y desarrollaron técnicas de construcción y prevención para minimizar sus efectos.

Consecuencias del desastroso tsunami de 2011 en Japón. Foto: archivo.Consecuencias del desastroso tsunami de 2011 en Japón. Foto: archivo.

No ahorran en preparación y prevención. Las autoridades japonesas implementan rigurosas medidas para mitigar los riesgos asociados a los desastres naturales. Poseen un espíritu comunitario muy fuerte, donde en momentos de crisis el pueblo se une y demuestra un fuerte sentido de comunidad. También es destacable su adaptación y reconstrucción tras cada desastre, cuando trabajan juntos para rehacer sus vidas y comunidades.

La experiencia de Japón con los desastres naturales puede ser vista como una valiosa lección para el resto del mundo. Su cultura de resiliencia frente a la constante amenaza de desastres naturales es destacable. Sus tradiciones y valores les han permitido adaptarse a la adversidad y reconstruir sus vidas después de cada tragedia.



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