Había que encarar al Flaco Traverso… Si Juan María estaba enojado, caliente, era jodido, un tipo de carácter, de «lo voy a cagar a trompadas» a algún piloto que le había hecho alguna jugarreta en pista o de largar alguna catarata de insultos al que le había hecho algo similar. Aun así, se va a extrañar al piloto de Ramallo, quien falleció este sábado a los 73 años.
No tranzaba el Flaco, menos con la dirigencia. Incluso al punto de desafiar y ponerse a la altura de una categoría como el Turismo Carretera, la Máxima, la más antigua del mundo, corroborado por el Libro Guinness de los Récord. ¿Que no se le animaba? Traverso se le animó…
Esta anécdota -de las tantas que quedan en la memoria gracias a una carrera de 35 años riquísima con Juan María al volante- data del 99 y tuvo a Olé de protagonista, más que de testigo, la recordamos como si fuera hoy, si bien los 25 años que pasaron pudieron haber cambiado algún detalle.
El Ford del Flaco en la carrera de Trelew 99.Se corría la penúltima carrera del TC del 99, en Trelew, Traverso con el mismo auto violeta pero Ford, no el Chevrolet tricampeón. Si el Flaco ganaba, salía campeón, y de hecho se quedó con la victoria el 31 de octubre en el Autódromo Mar y Valle. Sin embargo, la corona debía esperar… ¡Para qué!
La dirigencia, aparentemente para estirar la definición a la última y taquillera fecha en el Galvez porteño, le sacó la victoria del buche al Flaco, excluyéndolo de la carrera al acusar a los mecánicos de su equipo de haber «tocado» antes de la largada la trompa del Falcon campeón. Así, Fabián Acuña heredaba el primer puesto y el Gurí Martínez, el segundo, con los puntos necesarios -aunque lejanos- para poder aspirar a la corona.
El Ford campeón del Flaco.Traverso, caliente, cuestionó de punta a punta la decisión de la ACTC y adelantó que después de la última fecha en Buenos Aires iba a hacer un anuncio importante.
Pues bien, llegó la jornada cierre en el Gálvez, y se llenó de periodistas el Autódromo porteño, esperando qué iba a hacer Traverso, más allá de que efectivamente se tenía que definir matemáticamente el torneo que prácticamente estaba en las manos del piloto de Ramallo.
Gastón Mastrolía, en ese momento cronista de Olé, encaró el viernes anterior a la carrera al Flaco -con quien se llevaba bien o mal, depende el humor de Traverso- y le preguntó qué iba a hacer. Palabras más, palabras menos, el Flaco le contestó (los insultos no son una agregado, fue así): «¿Vos sos pelotudo? ¿Te voy a decir a vos dos días antes qué voy a anunciar?».
Mastrolía, rápido de reflejos, le subió la apuesta, y le dijo que él sabía qué iba a decir post carrera: que si salía campeón, seguía en el TC, y si no, se retiraba de la categoría.
La tapa del Suple Autos de Olé tras el título de Traverso y el adiós…Para probarle a Mastrolía, los periodistas, los dirigentes y todo el mundo que estaba a la expectativa de qué iba a hacer, Traverso fue all in directamente. Y le dijo: «Traeme un sobre y te voy a escribir ahora qué voy a hacer, pero si lo abrís antes del domingo, te pego tres tiros en la cabeza».
Traeme un sobre y te voy a escribir ahora qué voy a hacer, pero si lo abrís antes del domingo, te pego tres tiros en la cabeza (Traverso a Olé).
Dicho y hecho, Traverso escribió en un papel que guardó en un sobre qué iba a hacer. Sobre cerrado, por supuesto, el cual en Olé no abrimos, pero sí, se confiesa, tratamos de ver a trasluz si podíamos pispear, adivinar, saber algo, tener una punta del mensaje. No pudimos y, como todos, debimos esperar hasta el domingo…
El desenlace de la historia
Llegó al final el día de la carrera, domingo 14 de noviembre del 99, y Traverso finalmente salió campeón porque el Gurí no juntaba los puntos necesarios para alcanzarlo, 226,50 a 220,50, ambos con dos victorias. Obviamente, y más allá de sexta corona teceísta del Flaco, la expectativa estaba centrada en el mensaje que había escrito y llevamos al Autódromo…
En conferencia de prensa, el piloto de Ramallo, que tenía enérgicos 49 años, llamó al periodista de Olé, le pidió que abriera el sobre y que leyera el mensaje que había escrito de puño y letra. Mastrolía lo hizo y leyó: «Me retiro del TC». De más está decir, que el Flaco se retiró… para volver tres años después. No podía estar sin correr.
Naturalmente, sin haber hecho una rúbrica al pie del mensaje, esas cuatro palabras tenían la firma del Flaco. Un tipo que iba de frente en la pista y afuera, incluso contra el TC, categoría que tantas alegrías le había dado. Y este diario se quedó con un recuerdo imborrable.
Lástima que no sabemos dónde fue a parar el famoso papel…
