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26 de junio de 2024
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El Mundo

Qué le pasa al cuerpo cuando no se duerme bien


El descanso correcto no es un lujo, sino una necesidad, ya que cuando no se duerme bien puede verse afectado el sistema inmunitario del cuerpo humano en distintos aspectos, haciéndolo más propenso a sufrir enfermedades.

Aquellas personas que no durmieron lo suficiente no sólo tienen más probabilidades de contagiarse un virus, por ejemplo, sino que esa falta de sueño también puede afectar la velocidad de recuperación frente a esa patología.

Diversos estudios demostraron que durante el sueño el sistema inmunitario libera citocinas, unas proteínas que deben aumentar cuando la persona en cuestión sufre una infección o está estresado, por ejemplo. Además, los anticuerpos y las células que combaten infecciones disminuyen durante los períodos en los que se duerme lo suficiente.

La falta de sueño a largo plazo, además, también incrementa el riesgo de obesidad, diabetes y de contraer enfermedades cardíacas y cardiovasculares, entre otras patologías. Pero, ¿cuánto tiempo se necesita para reforzar el sistema inmunitario y cuánto se considera contraproducente?

Según los especialistas, la cantidad óptima de sueño para la mayoría de los adultos es de siete a ocho horas de buen sueño por noche. Los adolescentes, en tanto, requieren de nueve a 10 horas de sueño. Y los chicos en edad escolar, 10 o más horas de sueño.

Y hay que tener cuidado por tener más horas de sueño que lo recomendado no siempre resulta lo mejor. Para los adultos, dormir más de nueve o 10 horas por noche puede producir sueño de mala calidad.

El portal Medline Plus dice que «cuando no duerme lo suficiente, una persona puede sentirse cansada y afectar su rendimiento, incluyendo su capacidad de pensar con claridad, reaccionar rápidamente y formar recuerdos» y que, de tal modo, «esto puede llevarla a tomar malas decisiones y ponerse en situaciones de riesgo».

Problemas por la falta de sueño

Fatiga

Una de las principales consecuencias de no dormir bien es la fatiga crónica, una condición que se caracteriza por generar sensaciones de agotamiento físico y mental. Las personas que sufren de fatiga suelen estar cansadas, incluso después de haber tenido largos periodos de descanso.

Esto ocurre porque si no se duerme lo suficiente, se interrumpen los procesos de reparación y regeneración celular. Hay diversos tipos de fatiga, que se clasifican en función de la cantidad de tiempo que se mantenga la sensación de agotamiento y falta de energía.

Pérdida de habilidades cognitivas

No dormir lo suficiente también tiene consecuencias graves tanto para el cuerpo como para la mente de las personas. Una de las más frecuentes es la pérdida de habilidades cognitivas, que se puede notar tanto en la falta de concentración o la pérdida de la memoria en el corto plazo, como en el desarrollo del Alzheimer y otras enfermedades.

Esto es así porque el cerebro se ve afectado negativamente por la privación del sueño, pudiendo incluso generar inconvenientes en el rendimiento académico o laboral de quien lo llega a dormir adecuadamente.

No dormir lo suficiente también tiene consecuencias graves tanto para el cuerpo como para la mente de las personas. Foto: Lucía Merle.No dormir lo suficiente también tiene consecuencias graves tanto para el cuerpo como para la mente de las personas. Foto: Lucía Merle.

Merma en el rendimiento físico

Otra de las consecuencias de no dormir está relacionada con el rendimiento físico, porque la privación del sueño afecta la recuperación muscular y la regeneración celular.

Quienes no duermen bien pueden experimentar una sensación de debilidad en todo el cuerpo, perder la motivación, y tener menos resistencia para hacer cualquier tipo de actividad deportiva.

Aumento de peso

La falta de sueño tiene también como consecuencia la alteración de las hormonas encargadas de procesos como el metabolismo y la regulación del apetito, ya que reduce los niveles de leptina, la hormona que nos hace sentir llenos.

Y, a la vez, aumenta los de la grelina, que estimula el deseo de ingerir alimentos altos en grasas y azúcares. A esto se le suma que, debido al cansancio, muchos evitan realizar ejercicios físicos.

Incrementa el riesgo de padecer diabetes

Cuando se reducen las horas de sueño se libera menos insulina, hormona que regula el azúcar en la sangre, y el organismo no puede procesar la glucosa. Esta se acumula en el torrente sanguíneo y esa energía no se dirige a las células, donde resulta necesaria, provocando así que se incrementen los riesgos de desarrollar diabetes tipo 2.

Depresión y ansiedad

Hay una relación muy estrecha entre la privación del sueño y los trastornos del estado de ánimo, ya que quienes tienen problemas para dormir pueden también desarrollar depresión y ansiedad porque se altera el equilibrio químico del cerebro.



Fuente Oficial