El video lo muestra ansioso por no quedar fuera de la foto. Leo sonríe satisfecho en el escenario, mientras se esfuerza por aparecer en la imagen, en medio de poderosos empresarios y funcionarios. Pocos centímetros más allá está su amigo Pancho Dotto, el célebre hacedor de modelos.
Mientras tanto, 700 invitados aplauden a rabiar a organizadores y funcionarios en el intermezzo del Rally de las Princesas, una glamorosa competencia de autos clásicos y antiguos de la que mucho se habló en Entre Ríos en el inicio de la primavera de 2014. Un día perfecto.
Hiperkinético, Leonardo Airaldi se había movido como loco para llegar a ese momento: a partir de que en 2008 mandó desde Diamante sus tractores a los piquetes del campo contra la resolución 125 hasta la amistad que construyó con Dotto, instalado en la cercana chacra El Refugio de Villa Libertador General San Martín, todo fue en ascenso continuo.
El empresario ganadero heredó una fortuna de sus padres y, de a poco, intentó demostrar que él también podía generar ingresos como productor agrario y como multiplicador de ganado.
La competencia, con fines solidarios y promocionada por el gobierno entrerriano y la Municipalidad de Paraná, tuvo una “fiesta de los años ’20” en el hotel Howard Johnson Mayorazgo, uno de los emblemas de la capital provincial.
Leonardo Airaldi, junto a Pancho Dotto, en el Rally de las Princesas, una fiesta que se hizo en Paraná en 2014.En Villa Libertador General San Martín, desde las cuatro y media de la madrugada, los asadores habían preparado carne con cuero y costillares a la parrilla.
Como dejaron claro las crónicas periodísticas de la época, Airaldi fue co-anfitrión de Dotto en ese espectacular recibimiento a las 160 competidoras –cada auto llevaba conductora y navegante– que pasaron por las pintorescas aldeas alemanas al borde de la ruta provincial 11, en la costa del Río Paraná, para luego desandar los 65 kilómetros hacia la capital entrerriana.
Con el Rally de las Princesas, Leo había acertado un pleno a costa de malos negocios y dilapidación de su fortuna familiar, a costa de intentar agradar al prójimo, tal como había hecho desde chico, cuentan diamantinos que lo conocen de toda la vida.
Airaldi había conseguido los contactos adecuados, que lo llevaron a ser titular de la Sociedad Rural de Diamante. Dicen que también hizo negocios con Luis Miguel Etchevehere, quien cuando fue ministro de Agricultura de la Nación se lo habría llevado como asesor, aunque él lo desmiente rotundamente.
Leonardo Airaldi fue titular de la Sociedad Rural de Diamante, Entre Ríos. Ahora está preso por narcotráfico.«Fue delegado de la Sociedad Rural Argentina y dejó de serlo en el 2013 o 2014. Todo lo demás prefiero no contestar porque me parece tan absurdo y falso, niego absolutamente todo y no merece ningún tipo de comentario», afirmó Etchevehere a Radio Perfil.
Para entonces, a Airaldi ya le habían empezado los dolores de cabeza. La historia que contó ante la Justicia una ex policía y se repite como leyenda urbana en las calles de Diamante señala que, nueve meses después de aquel rally, el comerciante y vecinalista paranaense Daniel “Tavi” Celis –más tarde condenado por narco– aceptó enfriar una carga de tres toneladas de marihuana proveniente del Paraguay.
Según esta versión, usando la logística ganadera de Airaldi en las islas entrerrianas, la mitad de la carga quedó estacionada en una calle de Diamante, a bordo de un semirremolque perteneciente a Leo, que lo había denunciado como robado poco antes.
De “manera fortuita”, la marihuana fue hallada por la Policía cerca del predio donde se desarrollaba una tradicional fiesta de disfraces.
La otra mitad de la carga verde “apareció” una semana más tarde, en los fondos de la casa de un empleado municipal vinculado con familiares de Celis en Paraná.
Los turbios vínculos con «Tavo» Celis
La historia se haría pública un año más tarde, luego de otro espectacular caso policial que sacudió a Diamante: una familia de empresarios que tiene parentesco con Leo, los Tulián, sufrió un violento asalto en su estancia del distrito Las Cuevas.
Daniel “Tavi” Celis fue condenado por narcotráfico.Los ladrones fracasaron en su intento por llevarse 20 millones de pesos: estaban allí porque Airaldi les había manifestado que quería venderles un campo, dijeron las víctimas.
La mujer policía ya mencionada dijo haber escuchado el relato del propio Celis: esos 20 millones servirían para compensar la carga de marihuana perdida, cuyo pago sus dueños reclamaban.
Tras ser detenido en 2016, Celis desató un tembladeral institucional: acusó en redes sociales al intendente de Paraná Sergio Varisco, a la mujer policía, a otro agente y a Airaldi de haber estado detrás de su detención.
Sergio Varisco, cuando era intendente de Paraná, junto a Daniel «Tavi» Celis. Falleció en mayo de 2021 a los 60 años. Cumplía arresto domiciliario.Celis sería condenado a dos décadas de cárcel por el asalto y también por venta de drogas, en un caso que terminó con una sentencia a seis años de prisión para Varisco, quien murió en mayo de 2021, víctima de una neumonía. Cumplía arresto domiciliario.
Manotazo de ahogado en una VW Amarok
Ya en el invierno de 2022, una madrugada de sábado Leo iba al mando de su camioneta VW Amarok por las calles de Empalme Graneros, una de las zonas más desfavorecidas del noroeste de Rosario. Lo acompañaban su pareja diamantina Jimena Burne, otra chica también entrerriana y un joven barbero rosarino, cuando los detuvo un vehículo de Gendarmería.
Nervioso, Leo dijo ser policía y agente de inteligencia “inorgánico” en Entre Ríos, cumpliendo misión en Rosario, pero los federales no le creyeron. En la guantera llevaba una pistola Browning y otra Glock 9 milímetros, municiones y más de una decena de libretas y autorizaciones, aunque una de las dos credenciales de legítimo usuario de armas estaba vencida.
Leonardo Airaldi, acusado de narco.Además de las armas, dejaron asentado los gendarmes, había una balanza, seis jeringas con agujas, dos centenares de pastillas, ocho ampollas y un módico medio gramo de cocaína.
La camioneta estaba a nombre de la esposa de Leo, Gisel Kranevitter, de la que por entonces se estaba separando. Leo dijo que iban a una fiesta electrónica y que las pastillas eran para consumo personal. Que las municiones las había comprado en forma legal en una armería de Rosario.
En el invierno de 2022, Leonardo Airaldi iba en una camioneta VW Amarok por Empalme Graneros cuando lo detuvo la Gendarmería.Airaldi recibió preventiva de dos meses, hasta septiembre de 2022, y fue a parar a la cárcel de Piñero. Allí estrechó contactos en el mundo del hampa, algo que quedó registrado en diálogos telefónicos.
“Me pidió El Padre”, describió, en referencia al pabellón al que logró ir, donde le garantizaron su seguridad esas ocho semanas, hasta quedar libre, cuando acordó una condena a tres años de prisión en suspenso por tenencia de arma de fuego.
Marche preso otra vez
En marzo de este 2024, Leo marchó preso de nuevo. Una investigación que llevó adelante el juez federal de Paraná Leandro Ríos lo puso como cabeza de una banda narco que operaba al menudeo en un bar de Diamante y, a la vez, era mayorista de bandas de la ciudad de Paraná.
Leonardo Airaldi fue titular de la Sociedad Rural de Diamante, Entre Ríos. Ahora está preso por narcotráfico.Pese al escaso secuestro de drogas, la Justicia describe una serie de intercambios que sugieren que Airaldi operaba con narcos de Rosario, y usaba la isla El Pillo, donde tenía una pista de aterrizaje de aviones, para bajar droga proveniente del Paraguay.
Según la extensa resolución de Ríos en que procesó a casi 20 acusados como integrantes de una banda mixta, Leo tenía agendados los números de decenas de agentes de las fuerzas de seguridad, sobre todo de la Policía Caminera.
Para el magistrado, la influencia de Leo tanto en el puesto de Victoria, como en los controles del túnel subfluvial que conecta Paraná con Santa Fe, y el cruce Diamante, le garantizaba la salida y entrada de droga a la provincia sin inconvenientes.
En diciembre de 2023 Leo iba al mando de su Volkswagen Amarok por las calles de Diamante. La camioneta tenía pedido de captura porque perteneció a un socio del tristemente célebre narco bonaerense Miguel Ángel “Mameluco” Villalba. Un año después, ya figuraba a nombre de la ex esposa de Airaldi, la mencionada Kranevitter.
Miguel Ángel «Mameluco» Villalba, en el «juicio Candela 2».A poco de cumplir 42 años, mientras la Amarok azul lo ponía de nuevo en las páginas policiales, Leo sumaba otra vinculación ilustre con la realeza del hampa, en este caso el clan Villalba.
Una realeza bien distinta de la que supo cultivar en otras épocas, cuando sus amigos del mundillo político, agroempresarial y artístico lo veneraban como se debe venerar a quien asiste a cualquier reunión que prometa ser animada con dos cajas de champán bajo el brazo.