Copa Libertidores: los increíbles números que alimentan la ilusión de River :: Olé

Caldeirão infernal. El término portugués fue tendencia ayer en las redes porque un portal brasileño llamó así al estadio Monumental en su cuenta de X: “O River vai decidir TODOS os jogos do mata-mata em casa. Boa sorte pra quem for enfrentar eles no CALDEIRÃO INFERNAL que o Monumental se tornou”. La cancha de River, efectivamente, se convirtió en una especie de infierno para los visitantes. Por lo que representa a nivel histórico, por cómo juega el equipo de Demichelis en casa, por el ambiente único que generan casi 90.000 personas pegadas al campo, por un césped híbrido que no sólo marida con el estilo rápido del CARP sino que les cuesta a los que no están adaptados.

El combo suele ser letal para los rivales que llegan a Figueroa Alcorta 7597: River tiene ya un 88% de efectividad total en la era MD en su cancha, con 90 puntos sobre 102 (29 triunfos, tres empates y apenas dos derrotas), con 75 goles a favor, solo 18 en contra y 17 vallas invictas, pero en el plano internacional la estadística es directamente perfecta, con ¡100%! de eficacia en Libertadores por siete partidos jugados y siete ganados. Sí, el Liberti representa el punto más fuerte de este ciclo, al punto de que ya son varios los récords obtenidos: al del año pasado, de 20 triunfos consecutivos, el jueves se sumaron un par más. Demichelis ya es el único técnico de la historia en ganar siete juegos de Libertadores al hilo en el Monumental y River por primera vez enlaza 14 PJ en fila en CL convirtiendo goles.

Por eso haber terminado primero entre los primeros es tal vez la mejor noticia posible para este equipo. Para un equipo que se hace gigante en casa pero que no termina de dar seguridad fuera de ella, algo que quedó en evidencia en los últimos tiempos pero también en los propios registros estadísticos: el 88% global del ciclo en el Monu contrasta con que en condición de visitante haya sacado menos de la mitad de los puntos que disputó, con un 49% de efectividad (14 PG, 11 PE, 11 PP). Y ni siquiera en partidos de cancha neutral levanta, con últimos ejemplos en las eliminaciones ante Boca en Córdoba y Temperley en Mendoza.

En este escenario que pinta a un River de dos caras, haberse ganado el derecho a definir todas las series de playoffs de la Copa en el Monumental, que asoma además como una muy posible sede para la final que se disputará en Buenos Aires, es una ventaja que puede ser decisiva y que el club deberá aprovechar. Para eso necesitará que el cuerpo técnico, la dirección deportiva y la CD sean muy precisos en el mercado que arranca hoy.

No cuesta imaginar que la historia pudo haber sido diferente el año pasado si el partido de ida contra Internacional se jugaba en Porto Alegre y la vuelta en la Argentina para un equipo que en 2023 jugó como local contra un semifinalista (Inter), contra el subcampeón (Boca, por Liga) y contra el campeón de América (Fluminense): a todos les ganó. El respeto que se ganó River a nivel continental durante la histórica década del ciclo Gallardo ahora se combina con un estadio que va agrandando su mito. Con un campo que ya es en sí mismo un rival temible: “La pelota rebota y a ellos les cae en el pecho: a nosotros nos pasa por arriba”, retrató Diego Polenta, una de las víctimas del Monumental. River demoró entre una y dos temporadas en adaptarse al piso que instaló durante la pandemia y sus oponentes deben hacerlo en 90’: como describió alguna vez Favio Orsi, jugar en el híbrido es algo así como que un tenista pase de competir toda una vida en polvo de ladrillo a hacerlo súbitamente en cemento.

Es cierto que el CARP deberá mejorar su performance fuera de Núñez y evitar la Monudependencia, aún cuando en esta Copa sacó 7/9 puntos de visitante: en el partido más complejo de un grupo accesible, ante el Bolso en Uruguay, no hizo pie como para sostener un 2-0 a favor y sufrió. Habrá que corregirlo, forjar una mentalidad ganadora para las bravas y reforzar las zonas donde flaquea, porque tal vez el nivel en el Liberti no alcance por sí mismo contra rivales de mayor exigencia. Pero cómo ayuda…