Aaron Anselmino había ingresado a la cancha después de la expulsión de Cavani: ocupó el lugar de Pol Fernández, con la misión de aguantar los ataques de Vélez, básicamente los centros que se iban a venir. Aunque el Xeneize mantuvo la victoria, la angustia invadió al defensor.
Es que en un cruce con Matías Pellegrini, a los 54 minutos, sintió un tirón. Se la bancó parado, pero no podía caminar con tranquilidad. Como no se podía sostener para los mano a mano, fue a jugar más adelante. Cuando el referí Echenique anunció el final del partido, Aaron, de 19 años, no pudo contener las lágrimas: venía de dos desgarros. El primero le impidió jugar los últimos cuatro partidos de la fase de grupos de la Copa Sudamericana. El segundo, lo había dejado afuera del arranque de la Liga Profesional, al punto que el match ante el Fortín fue el primero en el torneo.
Resta que Boca dé el parte oficial con el diagnóstico, pero pinta para otra lesión muscular.
Anselmino tenía la expectativa de un pase a Europa en el actual mercado de pases. La parte positiva es que se viene el receso y, los tiempos de recuperación habituales para estos casos, de tres semanas, no le impedirán jugar partidos oficiales con Boca.