Traverso y los emblemáticos autos que manejó en su carrera :: Olé

En el fútbol, ciertos jugadores y técnicos quedan grabados en la memoria de los fanáticos. Formaciones históricas que exceden a los títulos. Que marcan una era. En el caso del automovilismo, son los coches (con el trabajo de todo un equipo de especialistas) y los pilotos los que se inscriben en las páginas doradas. Una buena máquina y muñecas de excelencia dan, por lo general, resultados óptimos. El pasado sábado se produjo la triste muerte de Juan María Traverso, uno que la tenía un poquito clara a la hora de tomar el volante. Inteligente, atrevido y verborrágico, el Flaco dejó su estampa. Continuando con los homenajes, en Olé vamos a repasar algunos de los coches más emblemáticos que condujo a lo largo de su carrera. Muchos de ellos duermen en el garage que él mismo construyó en su casa de Ramallo hace varios años.

Integrante del equipo oficial Ford (había debutado con un Torino en 1971) desde 1973, cuatro años después ganó el primero de sus tres títulos con la marca. Siete victorias en el ’77 y ocho en el ’78 con el Falcon. Amplio dominador.

La que se prendió fuego, justamente. La que siguió con una rueda desecha, rendidora, la que se bancó una y mil. Atesoradísima por el Flaco. La empezó a usar en 1985 y marcó una era en la categoría más tecnológica. La Cupé Renault Fuego, preparada por Oreste Berta, ganó seis títulos con Traverso al mando: 1986, 1988, 1990, 1991,1992 y 1993. 35 triunfos en total. Una bestialidad absoluta.

Traverso decidió pegar la vuelta al TC en 1994. Golpeado por las muertes de Roberto Mouras y Pato Morresi, el Flaco eligió la marca Chevrolet. Con el respaldo de OCA (correo privado), armó un auto de novela.Emblemático. La famosa Chevy violeta, de Jorge Pedersoli (el motorista) y Alberto Canapino (papá de Agustín). El inicial número 140 pasó a ser el 6 en la temporada ’95 y de ahí no pararon: tres años consecutivos pintando el uno en el costado.

Ganó cinco carreras en 1995 (más cuatro segundos puestos y un tercero), dos triunfos al año siguiente y otro par en 1997. Recordado también en muchas oportunidades por levantar o llegar hasta el cuarto lugar de las carreras para no sumar lastre («kilos») en el auto. Así, cosechaba buenos puntos para el torneo y evitaba penar técnicamente en la competencia siguiente. JMT y compañía estaban en todos los detalles.

Con la misma estructura utilizada para el TC, el hexacampeon de la categoría más tecnológica volvió al ruedo con Peugeot en 1994. Y, ya un año después, le apuntó con todo al campeonato. No hubo equivalencias. Ganó ocho de catorce carreras y gritó campeón dos fechas antes. Sí, monarca de TC y TC 2000 en ese mismo 1995.

En 1998 decidió dar un drástico cambio. Dejó Chevrolet, que dominaba ampliamente en ese entonces, y pasar a Ford para equiparar la categoría.El cambio les dolió a los hinchas de Chevy. Armó un Falcon que en la primera temporada no pudo defender el 1 (para colmo se dio una piña terrible en el circuito de Mar de Ajó), pero si obtuvo el título al año siguiente. Dos carreras ganadas en ese glorioso ´99. Enemistado con la ACTC, significó también su adiós de la categoría

En 2002, en medio de la crisis social y económica de Argentina, Traverso retornó al TC dos años y monedas después de su partida. Y, para darle una caricia a la golpeada gente, pintó el Cheverolet del Urtubey Competición con los colores de la bandera nacional. Usó además el recordado140, número elegido en 1994. Después, en 2004 volvió a Torino, su primera marca, ganando dos carreras. En 2005, en pleno campeonato, decidió retirase sin correr en Olavarría y, a los dos días, anunció su inesperado retiro como piloto.

El Flaco fue tres veces campeón de Top Race. Lo hizo con tres marcas distintas: Mercedes 280 (1998), Peugueot 405 (1999, no eran oficiales) y en 2003 con un BMW 320i. Ganó cuatro carreras y se quedó con el título 16 de su carrera profesional. El último que levantó.

Como parte de una movida entre la categoría (renovada con nuevo parque automotor y propulsores seis cilindros en v) y algunos equipos de fútbol, el Flaco se subió a un Citroen C5 pintando con los colores de su querido River. Formó equipo con el hijo de Cocho López. Corrió apenas tres carreras, retirándose en ese 2005.

El recordado Honda Civic con el que terminó en tres ruedas en una carrera de TC 2000 de 1998. Culminó segundo en el campeonato de ese año, detrás del Gurí Martínez, su compañero de equipo. Luego, el Flaco pasó por los equipos Mitsubishi y Toyota.