La industria nunca deja de trabajar para ciertos actores. Es como si pidieran guiones especialmente pensados para Robert De Niro o Al Pacino. Hay gente que no se jubila nunca. Esto mismo sucede con Sir Anthony Hopkins.
Imparable, a sus 86 años, la leyenda del teatro y la pantalla grande, el dos veces ganador del Premio de la Academia de Hollywood, ahora interpretará a George Frideric Handel en The King of Covent Garden, ambientada durante el período en que el famoso compositor de ópera trabajó en su obra maestra.
Hopkins se pondrá en la piel del compositor alemán, posteriormente nacionalizado inglés, considerado una de las figuras cumbres de la historia de la música, especialmente la barroca. Además, Handel fue el primer compositor moderno en haber adaptado y enfocado su música para satisfacer los gustos y necesidades del público, en vez de los de la nobleza y de los mecenas, como era habitual en la época.
La película tiene un estreno previsto para mediados del año próximo y estará centrada en cómo el compositor barroco creó su obra maestra de 1741, El Mesías, sobre un texto bíblico.
«La narración gira en torno a una pareja improbable, que se encuentra en sus puntos más bajos y juntos crean un magnífico sonido para el pueblo, nunca antes escuchado: la innovadora obra maestra Mesías», dice el director Andrew Levitas (El fotógrafo de Minamata, con Johnny Depp). «La escritura está poblada de apasionadas experiencias de la vida real en todo su color y suciedad, creando una historia humana con sorprendente relevancia contemporánea, conectividad humana universal y elevación espiritual».
Viejos son los trapos
Hopkins es uno de los actores más veteranos de la actualidad y también uno de los más versátiles. Le calza perfecto la palabra «mítico». En su carrera procuró conquistar a un público de todas las edades apuntando a personajes y éxitos tales como El silencio de los inocentes, Hannibal, La leyenda del Zorro, Alejandro Magno, Thor, Hitchcock y El padre, entre otros muchos.
Lejos del estereotipo académico, y a diferencia de otras celebridades de Hollywood, el Hopkins que atraviesa la octava década se convirtió en una sensación de TikTok, con casi cuatro millones de seguidores, videos llenos de gracia y más de 14 millones de likes. «Hago tonterías porque necesitamos reírnos. La vida es dura. El mundo es un lugar salvaje, pero la vida tiene su belleza”, se confesó.
Cuando cumplió 85 años, Hopkins celebró sus 47 años de sobriedad. fiel a su nueva costumbre, por supuesto que lo hizo vía redes, con un mensaje alentador para quienes luchan contra la enfermedad.
“Soy un alcohólico en recuperación. Cuando tomaba era desagradable y no se podía confiar en mí. Sé que hay personas que luchan en esta época de cancelación, odio y falta de compromiso, niños que son acosados”, dijo Hopkins. “Yo digo: sé amable con vos mismo. Sé amable. Mantenete fuera del círculo de toxicidad con las personas si te ofenden. Viví tu vida. Sentite orgulloso de tu vida”.
Dijo más, en esos años aciagos “estuve en una situación desesperada, muy desesperada hasta que tuve la suerte de reconocer que algo andaba mal». Declaró: “Me di cuenta de que era un adicto física, mental y emocionalmente. No soy un experto en drogas. No soy experto en nada. No sé nada, excepto que he encontrado una vida en la que nadie me intimida”.
Cada vez que habla es como si uno escuchara una lección de vida. Nombrado Sir en 1993, supo ser un niño solitario y tímido. «A los 17 años me harté de que me llamaran estúpido. Me dije: ‘Voy a hacer algo. No sé cómo, pero voy a ser actor’. Mi abuelo, el padre de mi madre, me alentó desde pequeño: ‘Hacé lo que quieras. Tené fe en lo que quieras hacer y lo lograrás'». El joven Anthony escuchó a su abuelo.
Sacudirse el ego
Al ser consultado sobre los típicos excesos de ego cuando se alcanza reconocimiento o popularidad, Hopkins se baja el precio: «Yo repaso mi propia vida y lo que me pregunto es: ‘¿Qué he hecho, realmente?’ No lo sé, pero no puedo permitirme el lujo de tomarme en serio cuando hay gente capaz de hacer cosas que yo apenas puedo llegar a comprender. Médicos, investigadores, personas que construyen una avión o la tubería de una casa. Gente que está cavando en la calle. Esas son las personas que hacen que el mundo siga funcionando».
¿Y el amor? El amor también lo curtió: Hopkins se casó tres veces. Su actual pareja, Stella Arroyave, es 18 años más joven que él. La conoció en un negocio de antigüedades de Los Angeles. «Yo había estado casado, dos veces. El cuerpo me pedía aire. Independencia. Deseaba ser una especie de Clint Eastwood, un lobo solitario. Por supuesto que no lo logré. Y fue para mejor. Mi mujer dio vuelta a mi vida».