River pie: por qué es tan importante levantarse contra Argentinos :: Olé

La historia y el sentido común en el fútbol indican que los equipos que combinan jerarquía con carácter y buen juego demuestran su capacidad de resiliencia en el partido posterior a las caídas más dolorosas y traumáticas. Es justamente el desafío que debe afrontar River este sábado en La Paternal contra Argentinos, después de la trompada de nocaut que recibió de manos de Temperley en la eliminación en los 16avos de la Copa Argentina, la peor derrota del ciclo Demichelis en la consideración de los hinchas.

Abatido como todo el equipo luego del sacudón en Mendoza, en el regreso a las prácticas luego de la jornada libre del miércoles, Demichelis se enfocó en hacer una profunda autocrítica y en trabajar para que los jugadores levantaran el ánimo y recuperaran la confianza.

Y si bien es cierto que el examen más importante se producirá el jueves contra Deportivo Táchira en la última fecha del grupo H de la Copa Libertadores, porque la evaluación estará a cargo de los más de 85.000 hinchas que una vez más colmen el Monumental y porque un punto le aseguraría la punta de su zona, también lo es que un triunfo ante el Bicho calmaría las aguas y brindaría un oportuno alivio en el mundo River ya que el equipo llegaría a ese juego con el aliciente de que seguiría en la cima de la Liga Profesional con puntaje ideal.

La visita de Enzo Francescoli y Leonardo Ponzio este jueves por la mañana al River Camp fue otro indicio de la magnitud del traspié pero también del alto valor que tiene el duelo en La Paternal para dar vuelta la triste página de la Copa Argentina. Si bien la presencia del director deportivo y el secretario técnico en el entrenamiento no sorprendió porque suele ser una costumbre de apoyo en los momentos difíciles (Rodolfo D’Onofrio solía aparecer luego de cada derrota dura del ciclo Gallardo y el vice Matías Patanian ya acompañó a Demichelis en situaciones similares), es a su vez un termómetro del momento.

Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y todos en Núñez saben que va a ser clave reponerse y reaccionar como el equipo lo hizo después de las trompadas contra Boca (triunfo contra a Libertad 2-1 en Libertadores) o ante Central (le ganó al propio Central en la final del Trofeo de Campeones), ambas por la Copa de la Liga, y no como en los dos primeros porrazos, que curiosamente incluyeron una derrota contra Argentinos en La Paternal tras el sacudón en Porto Alegre con el Inter.

Sumar los tres puntos en el Diego Armando Maradona (o, en el peor escenario, al menos uno) va a ser vital para evitar que el malhumor de los hinchas se incremente y el clima social se vuelva aún más tenso en el retorno al Monumental para disputar la última fecha de la fase de grupos de la Copa. Porque otra derrota, en este contexto, podría convertirse en combustible para el fuego.

El deté, atento a eso, evalúa poner a los mejores futbolistas que tenga a disposición. Porque Paulo Díaz ya descansó ante Temperley, Borja y Echeverri no completaron los 90 minutos el martes y Nacho Fernández se entrenó sin sentir dolor (ver aparte) en la zona baja de su espalda. De cómo llegue el volante dependerá el ingreso de Esequiel Barco y si decide hacer un pequeño retoque, será incluir a Sebatián Boselli para darle un respiro a González Pirez después de una seguidilla de 16 partidos consecutivos como titular (1.440’ en cancha).

Que un encuentro de la cuarta fecha de la Liga suponga un compromiso tan relevante es obra y gracia de River, que después de tres encuentros en los que había gritado ocho goles y mantenido la valla invicta, de repente s generó un problema impensado que otra vez puso en el punto de mira al entrenador, aunque esta vez también a varios jugadores.

River pie es la consigna. De cómo se recupere el equipo luego de haber besado la lona en el momento menos esperado demostrará de qué madera está hecho para sobreponerse a las difíciles.

Y revelará si los días por venir serán un poco menos caldeados que los actuales.