El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció a la nueva cúpula de la Policía de la Ciudad. Hasta ahora, y desde que asumió la nueva gestión, Diego Kravetz había quedado al frente.
Desde ahora Pablo Kisch pasará a ser el responsable de la Policía de la Ciudad y Jorge Azzolina será el subjefe. Ambos cuentan con una amplia trayectoria en la fuerza porteña y son de un núcleo cercano al gobierno.
El comisario Pablo Luis Kisch (54) tiene 11 años en la Ciudad de Buenos Aires, había sido parte de la Policía Metropolitana después de haber pasado 22 años en la Bonaerense.
Hasta ahora estaba a cargo de la Superintendencia de Lucha contra el Crimen organizado hace más de un año y medio. Antes había estado al frente de los departamentos comunales 4 y 5.
Fue parte del grupo Provida Dame una Oportunidad en contra de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, antes de su sanción.
En la cúpula lo acompañará el comisario mayor Jorge Guillermo Azzolina (55) un histórico en la Cuidad de Buenos Aires. Viene de la Policía Federal Argentina (PFA) y tiene más de 37 años de antigüedad como policía.
Había intervenido en la investigación del crimen de Mariano Barbieri, el ingeniero civil asesinado de una puñalada el 30 de agosto de 2023 en los Bosques de Palermo. Después de eso fue ascendido al cargo de Director del Área Norte. Antes había sido jefe de las Comunas 11 y 13.
En la Federal había estado en varias comisarías y en el Departamento Brigadas y Eventos Especiales.
Azzolino -que aseguran es «muy querido» dentro de la fuerza- fue indagado en una investigación realizada por el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi. En esa causa, estuvo vinculado al ataque a la redacción del diario Tiempo Argentino el 4 de julio de 2016.
Durante esa madrugada, una patota logró entrar a la redacción del medio recuperado por los trabajadores e intentó robarse los equipos de transmisión de Radio América.
En ese momento, Azzolina era el titular de la ex Comisaría 31ª de la Policía Federal, en la que cumplían tareas los policías que fueron acusados de intervenir. Sin embargo, el juez Giorgi lo sobreseyó: nunca su pudo probar su participación en los hechos.
Diego Kravetz, en tanto, continuará como secretario de Seguridad de la administración porteña, como segundo del ministro de Seguridad de la Ciudad, Waldo Wolff.
En el gobierno se ocuparon de aclarar que Kravetz no fue corrido de su rol sino que «es momento de que la Policía empiece a rodar», luego de la «reorganización» de la gestión Macri.
Precisamente su rol pasaría a ser más amplio y a cargo de la gestión de seguridad de la Ciudad, que «tiene otros componentes además de la Policía», aclararon.
“Cuando Kravetz asumió su doble rol, siempre se dijo que su función como jefe de la Policía de la Ciudad era de manera interina. La intención era conocer la fuerza por dentro para elegir una nueva cúpula”, dijeron desde la Secretaría de Seguridad porteña. Entre los logros de su intervención refieren al aumento de las detenciones: ahora hay unas 2.000 por mes, más de 66 por día.
Esta restructuración generó otros movimientos y la Superintendencia de Protección de Barrios quedará ahora a cargo del comisario mayor Diego Casaló que hasta ahora se desempeñaba como director del área de Despliegue Barrial en la zona II
Por su parte, la Superintendencia de Investigaciones estará en manos del comisario mayor Fabio Mesiano que hasta ahora era director de Delitos Complejos.
En tanto, la Superintendencia de Orden Urbano será comandada por el comisario mayor Juan Daniel Gómez, hasta ahora director de Despliegue de Intervenciones Rápidas.
El anuncio formal fue realizado por el propio jefe de Gobierno, Jorge Macri, durante una conferencia de prensa en la Jefatura Policía de la Ciudad.
Macri sostuvo que la seguridad «es una prioridad para la gestión» y afirmó: “Ya no sólo tenemos una Policía presente, honesta y preparada, sino que buscamos tener una fuerza activa, que llegue antes, transmitiendo una percepción y una acción distinta”.
Además, aseguró: “Éste es un día muy importante porque marca el logro de un camino recorrido y el punto de partida de una nueva etapa. Siempre el cambio de una cúpula se da generalmente en el marco de un conflicto o de una crisis. Y en este caso no es así. Esta semana tenemos alegría porque tuvo como hito la detención del peluquero Abel Guzmán”.