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1 de julio de 2024
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El Mundo

Qué le pasa al cuerpo de una persona cuando muere


Cuando el corazón de una persona deja de latir, clínicamente se la considera fallecida porque todos sus órganos también dejaron de funcionar y ya no existe movilidad ni conciencia. Pero, ¿qué ocurre con el cuerpo cuando muere?

Tras el deceso, el cadáver se ve afectado por una serie de factores internos y externos que afectan el inicio de los cambios post-mortem. Entre los aspectos que incrementan los modificaciones se incluyen al clima cálido y húmedo, a la presencia de grasa corporal y a las lesiones abiertas en el cuerpo, por ejemplo.

En contraposición, el clima frío, entre otros factores, retrasn la velocidad de las modificaciones. Según el orden de aparición, los cambios post mortem se clasifican en inmediatos, tempranos y tardíos.

Tras el deceso, el cadáver se ve afectado por una serie de factores internos y externos que afectan el inicio de los cambios post-mortem.Tras el deceso, el cadáver se ve afectado por una serie de factores internos y externos que afectan el inicio de los cambios post-mortem.

Los cambios inmediatos tras la muerte están relacionados con el cese irreversible de las funciones vitales del cerebro, el corazón y los pulmones, lo que se conoce como muerte somática.

Se trata del cese irreversible de las funciones vitales del cerebro, el corazón y los pulmones. Por lo tanto, en este periodo aparecen la insensibilidad, la pérdida de movimientos voluntarios y el cese de la respiración, de la circulación de la sangre y de las funciones del sistema nervioso.

Luego, están los considerados cambios tempranos, que están relacionados con la muerte celular e incluyen modificaciones en la piel y los ojos, enfriamiento y rigidez. En esta etapa, en pocos minutos la piel se vuelve pálida y pierde elasticidad.

El "rigor mortis" aparece entre una y dos horas después del deceso. Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni.El «rigor mortis» aparece entre una y dos horas después del deceso. Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni.

Con los labios pasa algo similar: se vuelven secos y duros. Entre las alteraciones oculares, en tanto, se da la pérdida del reflejo pupilar y corneal y de la tensión intraocular que provoca flacidez ocular.

Ademá, como consecuencia del cese de la circulación, se deja de producir calor en el interior del cadáver. Esta baja de la temperatura corporal tras la muerte se denomina «algor mortis».

El «rigor mortis», en tanto, se da inmediatamente después de la muerte y tiene que ver con que los músculos experimentan una relajación primaria a la que le sigue una rigidez muscular. El «rigor mortis» aparece entre una y dos horas después del deceso y desaparece aproximadamente 36 horas después del fallecimiento.

El «livor mortis», por su parte, es otro efecto del detenimiento de la circulación. Cuando alguien muere, la sangre comienza a desplazarse hacia las regiones dependientes del cuerpo debido a la gravedad, lo que da lugar a una coloración rojiza-azulada de las regiones bajas del cadáver.

Los cambios tardíos post mortem

Entre los cambios post mortem tardíos están la autolisis o autodestrucción, una actividad intrínseca provocada por la descomposición de las células y tejidos del cuerpo humano a causa de los constituyentes de dichas células; y la putrefacción o descomposición del cuerpo llevada a cabo por la acción microbiana.

La putrefacción puede sufrir dos modificaciones: la formación de adipocere y la momificación. La primera es una sustancia formada a partir de la descomposición del tejido adiposo que interrumpe el proceso y hace que la descomposición sea más lenta o se detenga por completo.

Según define la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, «el adipocere es una sustancia que se forma a partir de la descomposición del tejido adiposo y representa una interrupción del proceso de descomposición típico» y que «tal alteración hace que la descomposición se ralentice o se detenga por completo, colocando al cuerpo en estado de conservación, y determina complicaciones en la estimación del tiempo transcurrido desde la muerte.

Por otro lado, la momificación es una modificación que se caracteriza por la desecación o deshidratación de los tejidos cadavéricos.

Cuando ocurre, la piel del difunto se vuelve marrón, dura y quebradiza y el cuerpo se arruga y reduce su tamaño. No obstante, se conservan los rasgos faciales y las lesiones. A diferencia del adipocere, para materializarse la ​momificación requiere un ambiente seco y árido con una brisa cálida constante.



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