En la goleada por 4-0 de Boca ante Nacional Potosí, hubo varios puntos altos dentro del equipo dirigido por Diego Martínez. Pero hay uno en particular que el hincha valoró y destacó por sobre el resto. Se trata de Pol Fernández, quien nuevamente tuvo una gran actuación, y el público xeneize se lo retribuyó con una ovación en el momento en el que abandonó el campo tras ser sustituido, un escenario impensado semanas atrás. Esta situación pone a Pol, de alguna medida, en una disyuntiva. Por un lado, el futbolista dejó en claro su intención de irse de Boca, pero por el otro sabe que Juan Román Riquelme quiere retenerlo. Y en el medio, los aplausos de la gente que seguramente lo harán dudar.
Cuando a 10 minutos del final se produjo el ingreso de Jabes Saralegui, una enorme ovación acompañó la salida de Pol, cuando hace pocas semanas se despedía con silbidos y hasta insultos. Pero este martes en la Bombonera se vivió una situación totalmente inversa. Si hasta un hincha le gritó un «¡quedate Pol!» que se escuchó nítidamente en la transmisión de televisión.
Pero más allá del pedido de continuidad de los hinchas, Pol ya tomó una decisión hace rato. Ya avisó que se quiere ir, que no quiere continuar en Boca, y que buscará nuevos horizontes. Surgido de las inferiores del club, con 162 partidos oficiales jugados, 9 goles convertidos, 6 títulos conquistados, esos son algunos de los números de un futbolista que siempre fue valorado por sus compañeros, más allá de la ocasional reacción de los simpatizantes.
Y todo esto Riquelme lo sabe, y lo sabe de sobra. Por eso tiene una debilidad especial con Pol, por eso siempre lo llena de elogios y lo defiende a capa y espada. Y por eso quiere que continúe en el club, y va a hacer lo posible porque así sea. El presidente anhela su continuidad y quiere convencerlo de quedarse. En los últimos dos partidos de local lo mimaron, y le hicieron sentir el cariño del pueblo xeneize. En el último compromiso ante Talleres, le entregaron una plaqueta por los 150 partidos con la camiseta de Boca. Un especie de reconocimiento, más bien pensando en hacerlo sentir como en casa, e intentar con eso condicionar su decisión.
Un mediocampo diezmado para los 16avos
Boca goleó pero no le alcanzó para clasificarse como líder del grupo, por lo que en vez de ir directo a octavos de final de la competencia, primero deberá jugar una eliminatoria por 16avos de final contra alguno de los equipos que haya finalizado en la tercera posición de su grupo en la Copa Libertadores. Esas son las reglas de la Copa Sudamericana en caso de quedar segundo, y el Xeneize debe respetarlas. Por lo tanto, habrá un compromiso previo a los octavos, en los que el equipo de Diego Martínez deberá imponer su jerarquía para avanzar a la siguiente ronda.
Pero para este compromiso, hay varias ausencias importantes en el equipo, principalmente en el mediocampo. Equi Fernández y Cristian Medina no podrán estar, debido a que viajarán a París para disputar los Juegos Olímpicos, tras haber sido convocados por Javier Mascherano para representar a la Selección Argentina. Por otro lado, Pol Fernández tampoco podrá estar disponible, ya que vio la tercera tarjeta amarilla ante el conjunto boliviano, y deberá cumplir con un partido de suspensión. En definitiva, tres de los cuatro mediocampistas titulares de Boca no podrán estar presentes para este compromiso.