Desde su aparición en 1998, La Beriso fue ganando lentamente un público fiel que acompañó su crecimiento y celebró como propio el boom de popularidad que llegó casi 15 años más tarde, cuando comenzaron a llenar El Teatro Flores, el microestadio de Quilmes y su primer Luna Park.
El momento bisagra llegó con su quinto álbum Historias, donde estaban las canciones No me olvides y Traicionero. Ahí arrancó una seguidilla de hitos, desde su primer Disco de Oro hasta shows multitudinarios en estadios cada vez más grandes: Malvinas Argentinas, Único de La Plata, Ferro, Vélez y River.
Hoy, La Beriso es una de las bandas más populares del país y se ubica en la categoría de «clásicos», dada su amplia trayectoria y discografía.
Rolo Sartorio, cantante, compositor y líder del grupo, está orgulloso de haber logrado el éxito en otros países, además del desafío de tocar en nuevos mercados. Este año, por ejemplo, irán a Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Estados Unidos y España.
Sin embargo, en charla con Clarín, admite que no quiere grabar más discos, al descubrir una y otra vez que en los shows la gente disfruta más de los temas viejos que las canciones nuevas.
«Yo no quiero sacar nada -dice Rolo-, porque no sirve. Si yo volviera a empezar hoy con la banda, hubiese sacado los primeros cuatro discos y nada más, porque la gente solo quiere escuchar eso. Pero uno, obvio, quiere sacar canciones para renovarse. Entonces quizás haré canciones para otros o sacaré un disco como solista sin salir a tocarlo. Me gusta la idea de componer para otros y ya lo estoy haciendo».
No más giras largas
Según anticipa Rolo, «Este año la idea es tocar un poco menos acá en la Argentina».
-¿Afuera alternan lugares donde son conocidos con otros donde es empezar de cero?
-Sí. Nos pasó que tocamos en River y nos fuimos a México a la semana siguiente y tocamos para 80 personas. Y aparte cargar cada uno sus cosas, sin ningún stage, nada, y el sonido horrible. ¡Y veníamos de tocar en un estadio para 55 mil personas!
-Debe ser grande la satisfacción cuando después se conquista un país nuevo.
-Sí, claro. Uruguay por ejemplo. O Paraguay, adonde fuimos hace poquito y ahora volvemos. ¡Había 18 mil personas! Eso está buenísimo, porque vas conquistando otro público y de paso no aburrir y tocar tanto acá. En general los artistas más convocantes tocan poco en el país. Andrés Calamaro viene una vez por año, por ejemplo.
-¿Cuándo fue la época en que más tocaban, seguramente en lugares más chicos?
-Cuando tocábamos para 2500-3000 personas. Tuvimos giras de 20 días seguidos, algo que ahora no queremos hacer. Ahora son giras de dos fechas y volver. ¡Ya estamos grandes para el micro! Al otro día te levantás y tenés que tomar un iboprofeno porque te duele todo.
-Antes llevaban drogas y ahora llevan remedios. (risas)
-Es verdad. ¡Ahora llevamos un botiquín! (risas)
-¿Cómo ves este momento de la banda?
-Lo principal es que nosotros estamos bien desde adentro. Estamos contentos y festejando de seguir tocando, recorriendo con el micro y viajando. Un gran artista me dijo, cuando comenzamos a llenar estadios, “Mirá que ahora van a bajar”.
A veces uno con el diario del lunes diría que mejor no hubiese tocado en River, porque es mejor subir de a poco y tardar 15 o 20 años en llegar a River. ¡Nosotros metimos seis estadios en dos años! Una bestialidad. Ahora estamos en el proceso de tocar, hacer lo que nos gusta y pasarla bien.
Más de 25 años de carrera
En junio del año pasado, La Beriso lanzó su último trabajo, Mienten, de donde surgieron nuevos hits como Reflejo, Cordura y Creyendo, además del tema Ratas, de donde surge el título del disco, en una letra inusual para el grupo, por el tono rockero de denuncia.
«Gente mentirosa: te odian, te maltratan, son gente sin alma que jamás darán la cara… Y si abrís la boca la gilada te censura, gente reprimida juegan con tu vida, son más policía que los propios policías», escupe Rolo mientras la banda transmite una furia digna de León Gieco o la primer época de la Bersuit.
«Es un tema -dice el cantante- para todos los mentirosos. No está hecha para los políticos, sino para todos los boludos que pierden el tiempo de su vida en criticar lo que hacemos».
Y agrega, con un dejo de decepción: «Son esos temas fuertes que pensás que son una bomba y después el público resulta que prefiere las canciones más tranquilas. Se nota que les gusta, pero paraditos nomás».
-¿Te pegó mal cuando empezaron las redes y los haters?
-Al principio, sí. A los demás artistas les aconsejaría no tener redes sociales y listo, porque después te influye y no sabés para dónde ir con las canciones.
-Cuál era el concepto del disco en general ?
-El disco está buenísimo. Creo que somos la mejor banda en hacer baladas. Y el álbum este tiene tres baladas que son tremendas. Yo hice muchas canciones y de ahí la banda eligió. De hecho hay canciones que me gustaban mucho, pero quedaron afuera. Quizás algún día las grabo yo.
-¿Ya lo tocaron todo en vivo?
-No entero. En la gira hemos tocado Reflejo, Creyendo, Cordura, Cansada y Ratas. Ahora está el nuevo corte, con un video que tiene mucha repercusión y un montón de reproducciones. Se nota en el vivo, porque la gente se puso a cantar a full.
-¿Tocarían el disco entero?
-A la gente no le gusta. La gente quiere cantar. Entonces, si nosotros vamos a tocar canciones que la gente no va a cantar, es un embole. En una lista de temas siempre van a faltar canciones; es inevitable. A nosotros nos pasa que estamos haciendo la lista para el Movistar y si alguno dice que falta algo, entonces pregunto cuál sacamos y ahí es como el silencio.
-La otra opción es tocar tres horas y que no falte nada.
-Nos pasó al principio. Hemos hecho show de más de tres horas, y la gente toda de rodillas, agotada.
Pasado, presente y futuro
-¿La idea de este show del Movistar Arena es festejar un aniversario tomando qué fecha como inicio?
-El primer show fue en el ’98, cuando yo entré en la banda, pero hay alguno que entró en el 2003. La idea del Movistar es que arranca una etapa nueva en la banda. ¿Cuál sería la etapa? La de volver a tocar los grandes éxitos de los shows.
Antes cerrábamos los recitales con temas nuevos que la gente no conocía tanto, pero ahora vuelven a la lista los temas de los primeros tres discos. A partir del Movistar vamos a hacer las grandes canciones de los shows en vivo.
-¿Cómo fue ese primer show?
-El primero de todos fue en una sociedad de fomento. Tocaba una banda amiga y nos invitaron, pero teníamos apenas seis temas. No estaba ninguno de los músicos que están ahora y nos llamábamos Los Discípulos de Berisso. Después empezamos a tocar por el barrio, cambiaron los músicos y a partir del año ’99 vino Pablito, que ya no está tocando con nosotros, Javi en el 2000 y Emiliano en el 2003.
-¿Cómo ves este momento actual?
-Creo que la música argentina en general está en el mejor momento, porque antes, cuando nosotros llenamos River, no cualquiera tocaba en un estadio. De hecho nosotros fuimos la banda número diez de todo el rock en llegar a un estadio así. Y ahora tocan todos los chicos nuevos del trap.
Por eso digo que económicamente estamos mal, pero hay un montón de bandas de distintos estilos. Hasta el cuarteto pasó a ser un estilo fuertísimo. ¿Quién iba a decir que el cuarteto iba a llenar un estadio? Hay estilos que están en su mejor momento.
-¿No les tienta juntarte con alguno de ellos?
-No. No me gusta cuando alguien quiere cruzar estilos para ver qué pasa. Ahora bien, si pego onda con alguien, dale. Nosotros lo hicimos tres veces, con Bronco, que fue genial, superó las expectativas y tuvo millones de reproducciones. Luego con Cacho Castaña, que explotó por todos lados, y después con Víctor Heredia, con 150 millones de visitas en YouTube.
Lo de las colaboraciones es nuevo para el rock, no era habitual. Fuimos la primera banda rockera en abrir el juego a cantantes que a veces el rock dejaba de lado. Antes el público rockero y los artistas eran más prejuiciosos y ahora el artista es más abierto.
-¿Con quién te queda el antojo de hacer algo?
-Hay muchos, pero lo ideal es conocerse de antemano. Estaría bueno con Vicentico. Es un buen tipo. Tuve la oportunidad que de casualidad fui a Uruguay para tocar con la banda y me tocó viajar con él. ¡Lo que nos hemos reído en una hora de viaje! Es muy copado Vicentico, a pesar que tiene fama de antipático. Pero en definitiva solamente es tímido, como yo.