El noticiero comienza con el video del delincuente que después de robar un kiosco huye a los tiros, sigue con el de los motochorros que al voleo asaltan a una jubilada que sale a hacer los mandados. En los barrios es usual que las hornallas de la cocina no enciendan en la mañana: de madrugada se roban las piezas de cobre de los medidores de gas. Los vecinos salen a la calle a pedir por seguridad, hartos de las entraderas. Hace tres noches que el jefe de la Policía bonaerense en Mar del Plata duerme en un calabozo: por supuestas conexiones con una banda de delincuentes, lo metieron preso.
El panorama es complejo y se refleja en las estadísticas que se conocieron en las últimas horas: Mar del Plata es la ciudad de la de la provincia de Buenos Aires en la que más creció el delito. De un año a otro, un 25,9%. Más que en La Plata (19%) y La Matanza (18,3%).
El informe lo difundió la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, corresponde al año pasado, y contempla la cantidad de investigaciones penales preparatorias (IPP) iniciadas en el Fuero Criminal y Correccional. Los delitos denunciados aquí fueron 51.198; el año anterior habían sido 40.681.
En el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de la ciudad el incremento fue de un 20%. Había sido 947 casos los registrados en 2022. El sistema informático del Ministerio Público bonaerense contabilizó 1136 un año después.
En el desglose, el mayor crecimiento se da en las IPP en las que el autor del delito no fue localizado. Autor ignorado subió de 25.221 a 35.487. Con imputado, las que registran al menos una persona a la que se le ha tomado declaración indagatoria, pasaron de 2.418 a 2.904, y con autor sindicado, es decir con un posible autor del delito, se redujeron: habían sido 12.145 y en 2023 fueron 10.658.
La estadística que llega desde la Justicia (la Policía hace una década que no revela sus números), comprende todo tipo de delitos contra las personas, desde homicidios, tentativas de homicidio, abuso de armas o lesiones; delitos contra la integridad sexual; contra la libertad, amenazas, por ejemplo; contra la propiedad, daños, estafas, hurtos y robos, entre otros.
El informe de la provincia coincide con el que a finales de enero de este año difundió el Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (Cemaed), que depende de la Secretaría de Seguridad de Mar del Plata, conformado en base a las denuncias formales presentadas y a la intervención de las fuerzas policiales. Revelaba en el mismo período un aumento del 26% en robos y hurtos y del 31% en el caso de los homicidios dolosos.
En ese registro surge que a lo largo de 2023 hubo de 4.967 robos y hurtos y de 42 homicidios dolosos, cifras por encima de las relevadas en 2022, que habían sido de 3.926 y 32, respectivamente.
Dio cuenta además de un aumento del 26% en la cantidad de robos (con las víctimas presentes) y hurtos (sin víctimas presentes y sin violencia) cometidos a lo largo de 2023: los registrados fueron 4.967 contra 3.926 de 2022 y 3.698 de 2021. Septiembre había sido el mes que registró más cantidad de hechos denunciados.
Esta semana, en una reunión que encabezó el intendente Guillermo Montenegro junto al Director de Fiscalización de Despliegue Territorial de las Fuerzas Federales de la Nación, Gustavo Jara, se reunió la flamante Mesa de Enlace de Seguridad.
Se trata, explicaron allí, de abordar tareas interdisciplinarias a fin de trabajar en la prevención de los delitos, y a la mesa se sentaron jefes de Policía Federal, de la Provincia de Buenos Aires y de Seguridad Aeroportuaria, además de referentes de organismos involucrados con el tema como Aduana y AFIP.
La reunión fue el lunes en la sede de la Prefectura Naval, cuyos miembros, el miércoles, llevaron a cabo siete allanamientos simultáneos y detuvieron nada menos que al jefe de la Policía Departamental de Mar del Plata, comisario mayor José Luis Segovia. Un verdadero escándalo.
El comisario declaró aún cuando su abogado le recomendó que no lo hiciera, porque no pudo acceder al expediente a causa del secreto de sumario impuesto por quienes llevan adelante la investigación, los fiscales general Fabián Fernández Garello, y adjunto Marcos Pagella.
Segoviaa dice ser víctima de «gente dolida» por su accionar contra el delito; los fiscales sostienen que era el líder de una supuesta organización conformada por policías, ex policías, un abogado penalista y ladrones para cometer delitos. Esta alojado en una comisaría de Balcarce. La departamental marplatense fue intervenida. Los delitos no paran de crecer.