Karina Milei gana poder y ya monitorea las relaciones del Gobierno con sus principales aliados. La hermana del Presidente no solo levanta y baja el pulgar de quienes pueden acceder al Presidente y avanza en el armado partidario de La Libertad Avanza en todo el país, también se pone al frente de la política.
La semana pasada siguió en el Congreso la votación de la Ley Bases y el paquete fiscal en Diputados y se reunió con Victoria Villarruel para supervisar los pasos a seguir en el Senado, donde el debate en comisión arrancó con muchas complicaciones para el oficialismo.
Este miércoles la secretaria general de Presidencia recibió a solas en el despacho de su principal articulador Eduardo “Lule” Menem al jefe de bloque PRO Cristian Ritondo. El encuentro sirvió para hacer un balance, pero también para poder imaginar lo que viene: los cambios que el Senado podría hacer a la Ley ómnibus y al paquete fiscal para reenviarla a Diputados.
El encuentro fue el preámbulo de la visita masiva de diputados del PRO que este jueves a las 11 -en medio del segundo paro general de la CGT en 5 meses de gestión libertaria- visitarán la Casa Rosada para reunirse con Karina, alter ego de su hermano.
Ritondo, que el 28 de febrero almorzó a solas con el Presidente en la Rosada y dialogó entonces con Karina, estará acompañado por legisladores de todas las extracciones de su bloque, como Hernán Lombardi, muy afín al ex presidente Mauricio Macri; los bullrichistas Damián Arabia y Silvana Giudici, los hasta hace poco larretistas Martín Maqueyra y Silvia Lospennato, cuyo trabajo en la Cámara Baja para la media sanción de la Ley Bases fue celebrado por el Presidente.
Nadie descarta que el jefe de Estado pueda sumarse al encuentro en lo que podría convertirse en un reconocimiento a los principales aliados del Gobierno.
“La idea es poder compartir con el Poder Ejecutivo algo de la agenda que nosotros hace años venimos promoviendo desde el partido y que entendemos está alineada con lo que el oficialismo podría impulsar”, señaló uno de los legisladores que será de la partida.
En la Rosada y en la bancada del PRO descartan la posibilidad de conformar un interbloque en el Congreso en lo inmediato, mientras Patricia Bullrich reitera la necesidad de confluir en un frente electoral en 2025 y Mauricio Macri quiere reforzar la identidad autónoma de su partido.
Más allá de las definiciones de cara a las legislativas, los 49 diputados del PRO y los 40 de LLA ya funcionan como una sociedad casi sin fisuras. “La reunión también servirá para que nos vean juntos”, se sinceraron entre los promotores del encuentro.
El presidente de la Cámara Baja Martín Menem y el jefe de bloque del oficialismo Gabriel Bornorini, dos dirigentes que responden a la hermana del Presidente, también serán de la partida. Guillermo Francos, quien no participó del encuentro a solas entre la secretaria general de Presidencia y Ritondo, también podría ser de la partida, aunque en el entorno del ministro del Interior hasta bien entrada la tarde del miércoles no estaban al tanto de la cita del jueves.
Otro de los legisladores que será parte del encuentro añadió que la cumbre en Balcarce 50 servirá para proyectar la agenda legislativa y la segunda fase de los proyectos legislativos que encarnen “el cambio”. El oficialismo ya piensa en un segundo tramo de reforma del Estado que delineó Federico Sturzenegger y en el paquete anticasta que anunció Milei. Sin embargo, casi todos los legisladores imaginan cambios en el paquete fiscal o la ley de Bases que obliguen a la Cámara Baja a rediscutir ambas leyes y hieran al Gobierno. Uno de los diputados fue mucho más lejos. “No somos ni oposición dialoguista ni amigable. Somos un respaldo responsable para el Gobierno”, señaló.
En el PRO, en tanto, reclaman cargos para los suyos en las delegaciones de la ANSES y del PAMI, un lubricante político que ayuda a llegar al territorio y que es utilizado por todos los gobiernos. Karina Milei y los primos Menem tomaron nota y encumbraron a dirigentes oficialistas y fortalecer el armado de LLA en varios distritos. En el macrismo, de todos modos, niegan de plano que esa discusión pueda parte del cónclave en la Rosada. «No se pueden mezclar las dos cosas», sostienen.