La multitudinaria marcha universitaria federal, en reclamo por el recorte de fondos presupuestarios al sector educativo, parece haber sido una de las primeras balas en entrarle de lleno al gobierno de Javier Milei. Con universidades a media luz para evitar el pago de tarifas insostenibles, más el respaldo de gran parte de la opinión pública y una oposición aglutinada casi en su totalidad saliendo a la calle, la protesta fue contundente.
Pero no es el único frente abierto hacia adelante para el Ejecutivo, que viene recibiendo cuestionamientos de otro área sensible, la de Ciencia y Tecnología, un ex ministerio que fue degradado a secretaría y que depende de la Jefatura de Gabinete que conduce Nicolás Posse. La semana pasada, Clarín reveló la preocupación que existe en el sector porque cinco proyectos clave están frenados por falta de recursos. Pero hay más señales de alerta.
La situación presupuestaria es bien gráfica: en el primer cuatrimestre del año se destinaron apenas $ 709 millones a Innovación, Ciencia y Tecnología, la cartera que encabeza Alejandro Cosentino, un funcionario de larga trayectoria en el sector financiero pero que es visto como un absoluto outsider por quienes forman parte del círculo científico. La cifra transferida es la más baja de todo el organigrama del Estado: representa apenas el 0,9% de los $ 79.431 millones en fondos que la secretaría tiene previstos para todo el año.
De acuerdo al sitio oficial Presupuesto Abierto, existen cinco grandes programas desde donde se ejecutan las políticas científicas. Todos tienen un nivel de ejecución subterránea, al 28 de abril. El más oneroso es Federalización de las Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación, con $ 49.797 millones estipulados en recursos y el objetivo de llevar a todo el país el desarrollo en el área. Prácticamente, el gobierno de Milei no destinó fondos allí este año. Los giros al programa son irrisorios: $ 880.000, el equivalente al salario de un empleado.
El grueso de los fondos que está pagando el Gobierno a Innovación, Ciencia y Tecnología se encuentra dentro del apartado Actividades Centrales, desde donde se transfieren los fondos para sueldos. El retraso allí, igual, es notorio. Se ejecutó sólo el 6,21%, unos $ 603 millones sobre $ 9.718 millones anuales. Aunque ese gasto concentra casi todo lo enviado durante 2024.
Le sigue en ritmo de transferencias el programa Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación, al que se le giraron $ 99,8 millones de $ 4.964 millones, un 2%. Además, se pagaron $ 3,47 millones a Financiamiento de Organismos Internacionales para Desarrollo Científico-Tecnológico, sobre un global previsto en $ 10.628 millones; y apenas $ 1,55 millones a Formulación, Coordinación e Implementación de Acciones de Articulación en Ciencia y Tecnología, que cuenta con un presupuesto total de $ 4.972 millones.
La explicación del Gobierno al freno de envíos
Ante la consulta de Clarín por la baja velocidad de los envíos de dinero al sector, desde el Gobierno dieron su versión, responsabilizando a la herencia recibida de parte del kirchnerismo. «La ejecución presupuestaria es un proceso complejo que involucra una serie de gestiones que no necesariamente se reflejan de manera inmediata en los registros financieros mensuales. Mucho más teniendo en cuenta el cambio de gestión, que implicó nuevas reglas de juego y de recalibración en los programas de financiamiento», sostuvo una fuente de la secretaría.
«Por ejemplo, dentro de la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología se identificaron deudas incumplidas por la administración anterior por $ 13.311 millones que están en proceso de saldarse. Además, se registró un total de $ 23.699 millones destinados a financiar diferentes proyectos de apoyo y promoción a la investigación científica que no han sido debidamente justificados en los términos requeridos por la Administración Pública Nacional», revelaron en relación a las deudas contraídas por el Gobierno anterior.
Y revelaron cómo es el mecanismo de los pagos: «Las instituciones que reciben dinero del Estado para realizar programas de investigación, deben demostrar que el uso de esos fondos se destinó para aquello que fue transferido». Además, explicaron que «al momento, la subsecretaría se encuentra gestionando 1.357 expedientes que deben la rendición de cuentas. La gran mayoría son erogaciones del año 2023″.
Sobre ese punto, explicaron: «De acuerdo a las condiciones estipuladas en las convocatorias y programas de investigación, la Administración Pública Nacional no puede volver a asignar fondos a las instituciones que adeuden dichas rendiciones. A medida que vayan regularizando esta situación, podrán volver a recibir dinero y el ritmo de ejecución presupuestaria se normalizará».
Además, oficialmente comentaron que la Agencia de Investigación y Desarrollo, «otro organismo relevante en el ecosistema de Ciencia y Tecnología, se encuentra al día con los pagos de Proyectos de Investigación en Ciencia y Tecnología (PICT) y lleva desembolsados a la fecha $ 862 millones en los proyectos 2017-2021″.
Y que, además, «la Agencia desembolsó más de $ 1.800 millones en concepto de estipendios a 1.184 científicos». Se trata de recursos, en su totalidad, de períodos previos.
A la vez, sobre la situación del emblemático Conicet, aseguraron que «no en menor medida dado el tamaño que tiene el organismo en el área, se encuentra sosteniendo los sueldos y proyectos vigentes con su presupuesto 2024».
Finalmente, argumentaron. «Como consecuencia del desorden en el que se encontró el financiamiento de los programas de ciencia y tecnología, se ha tenido que dedicar un gran esfuerzo a la reorganización de los mismos en un escenario de graves problemas económicos y financieros. Esto motiva que al momento no se puedan brindar los resultados de la convocatoria de los PICT 2022. Como consecuencia de esto, la convocatoria 2023 se encuentra abierta y con posibilidades de prórroga hasta el 31 de julio de 2024».
Cinco proyectos que corren peligro
La semana pasada, un informe de este medio reveló que existen cinco proyectos científicos que hoy están varados como consecuencia de los recortes en distintas áreas del Estado.
Se tratan, en detalle, del Análisis de la calidad del agua en la región de Cuyo, de la capacitación en el manejo de datos para el personal del Estado, una vacuna superadora contra la tos convulsa, un laboratorio que diseña ratones y peces transgénicos, y el monitoreo de glaciares, hielo y nieve.
Según Jorge Geffner, reconocido inmunólogo e investigador Superior del INBIRS-Conicet, explicó que “los becarios doctorales, el primer eslabón en la formación en ciencias, pasaron de 1.300 a 600″ Y detalló que la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología había ejecutado, a fines de marzo, menos del 5% de su presupuesto, cuando correspondería cerca de un 25″. «Esto sin contar que se prorrogó el presupuesto 2023, cuestión que no contempla la inflación del 270%”, agregó.
Fernando Pitossi, jefe del laboratorio de “Terapias regenerativas y protectoras del sistema nervioso central” en la Fundación Instituto Leloir-IIBBA, explicó: “Al no haber una gestión clara, no se pueden programar los proyectos de investigación, que requieren planificación a largo plazo. La devaluación licuó los subsidios en pesos, ya que los gastos de los insumos son en dólares. Los subsidios PICT (la sigla de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica) de la Agencia, que es la base del financiamiento nuestro, ya fueron evaluados. Está la lista de los otorgados y los fondos disponibles, pero hace largas semanas no hay ninguna transferencia de dinero».