El festejo íntimo de Messi y el único no jugador en la foto :: Olé

Otra vez se repite el mismo ritual. Con la misma meticulosidad que manejan los protocolos ceremoniales en el Palacio de Buckingham o en el Vaticano, la Selección Argentina compartió el doceavo cumpleaños que Lionel Messi vive en una concentración albiceleste. Y ya es un ritual, porque los aniversarios del 10 siempre fueron similares: amanecer con sus compañeros, el cantito de feliz cumple, algunos regalos, los mates con tostadas y charlas en habitaciones. El entrenamiento, la siesta y, para cerrar el día, la típica cena grupal con su postre favorito: una enorme torta de frutillas, para volver a cantar y festejar entre todos. Y, claro, la foto en redes con el agradecimiento para los miles y miles que, durante todo este 24/6, le escribieron y etiquetaron al @leomessi.

Como todos los años, Lionel publicó un mensaje en redes sociales agradeciendo a todos los que lo saludaron por su cumpleaños. «¡¡Muchas gracias por todos los saludos y felicitaciones!! Otro año que coincide mi cumple estando con la Selección…», comenta junto con un emoji de carita sonriente. Pero claro, en épocas de competencia, el multicampeón no pierde el foco principal: ganarle a Chile para asegurar la clasificación a los playoffs de la Copa América. «Así que festejando un poco nomás y seguimos preparándonos para nuestro próximo partido. ¡Abrazos!», cerró el capitán en su posteo.

Siempre está con Leo. Cuando lloró post Brasil 2014, Chile 2015 o EE.UU. 2016, hasta cuando llegó lo más alto del mundo allá en Qatar. Marito, el utilero de la Selección Argentina, posa entre los jugadores. Es uno más. Sonríe y se entiende con chicos que, a pesar de la diferencia generacional, lo integran al grupo. Y claro, luego de tantas pálidas, él también festeja del presente de esta Selección junto con el capitán.

Detrás de la «Scaloneta» hay una conmovedora historia de un hombre que pocos conocen. Se trata de Mario De Stéfano, mas conocido en el mundo del fútbol como “Marito”, histórico trabajador de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), quien se desempeña como el utilero de la Selección.

Es el encargado de armar todo el vestuario para la representación de la delegación argentina en cada partido. Además, es quien protege ese tesoro que todo jugador, hincha, y/o fanático quiere tener después de cada encuentro, la 10 de Messi. Además, es alguien muy cercano a los jugadores quienes aprovechan la buena onda y predisposición de Marito, siempre que pueden le piden una camiseta para regalar. “Cuando llegó era un pibe re introvertido. No hablaba, se tocaba la nariz. Le decía que viniera a tomar mate. Cuando al jugador le pasa algo, al primer lugar al que va es a la utilería”, contó Marito, sobre Messi.

Desde su llegada a Miami, Messi cambió. Está distinto, cómodo y renovado. Ríe y se muestra más genuino que nunca. Tal es así que, en medio de la Copa América di otra larga entrevista, en ete caso con Juan Pablo Varsky. Y habló de todo: su fuerte amistad con De Paul, el Barsa de Pep, un gran elogio a Jordan y más…

El momento de disfrute que vive Leo con la Argentina no lo consiguió de un día para otro. Supo sufrir para poder festejar. “A mí me costó mucho volver a la Selección (tras su renuncia en 2016). Eran todos chicos nuevos y yo no conocía a ninguno personalmente, y a mí me cuesta entrar en los grupos”, reveló Messi. Y ahí es donde apareció la mano de De Paul: “Rodrigo a mí me ayudó mucho, por su manera de ser, cuando lo conocí me recordó mucho al Pocho Lavezzi. Él se me acercó, estuvimos hablando, me hizo entrar en el grupo más rápido. Me ayudó mucho”, reconoció el 10.

Todos lo sabemos: críticas, insultos y pedidos de renuncia, fueron algunos de los obstáculos que Messi tuvo que atravesar para poder disfrutar de este momento. A pesar de los dichos externos sobre su juego, el 10 aclaró: “Siempre fui muy autocrítico. Soy el primero que sé cuándo hago las cosas bien y cuándo hago las cosas mal. Y me puteo cuando pierdo la pelota”.

Si bien Messi se destacó en todos los equipos que jugó, el Barsa de Guardiola fue especial. “Yo no le daba mucha bola a la táctica y con Pep aprendí mucho”, reveló Messi. Y sí, aquel equipo fue una revolución para propios y extraños: “En ese momento, hasta un jugador que venía del primer nivel le costaba entender la forma de jugar del Barcelona”.

Pero Messi reconoció que la masiva influencia de aquel Barsa en la forma de jugar, tuvo un lado negativo: “La época de Guardiola confundió un poco. Todo el mundo quiso copiar al Barcelona de ese momento. Hay chicos de 6-7 años que le enseñan a jugar a dos toques y a esa edad tienen que mantener la espontaneidad del jugador sudamericano”.

Está claro: Messi es ídolo. Pero, ¿quién es el ídolo del ídolo? “Michael Jordan, me parece, a nivel deportivo, lo más groso que hay. Su serie me acercó mucho más a conocer lo que fue él como deportista. Es una lástima que no haya podido vivir esa época en vivo. Me hubiese encantado. No sé mucho de básquet tampoco, ni soy muy seguidor, pero lo de Jordan fue algo diferente”. Y el sueño pendiente: la foto. “A mí me pidieron tantas fotos… ¿Por qué yo no puedo tener una con él? Sería algo muy lindo”.

A sus 37 años, Messi logró algo que casi nadie puede alcanzar: convertirse en bandera. Si sos argentino y te reconocen en el extranjero, es probable que no te elogien por el mate ni por el tango. Lo más seguro es que te digan: “¡Oh, yes! Argentina… ¡Lionel Messi!”.

La paradoja es que aún no dimensiona su grandeza: “No sé cuándo me di cuenta que tenía un don. Por lo que dice la gente siempre fui diferente”, cerró con la humildad de siempre.

Ya en el final del día, dentro del hotel donde argentina se hospedó en Nueva Jersey, Leo volvió a soplar las velitas. Tortas al por mayor, el nuevo saludo de Chiqui Tapia, de sus compañeros, cuerpo técnico y otros colaboradores de la delegación argentina, como los cocineros del plantel. Y, afuera, el mimo de la gente que se acercó para saludarlo. Otro día inolvidable. Cariño puro.