Boca decidió prescindir de Valentini el mes pasado, presionando para que renueve el contrato, que se vence en diciembre. Nada novedoso, lo hacen y lo hicieron muchos clubes cuando se llega a este tipo de situaciones, en las que el jugador aspira a un contrato mejor y el equipo dueño del pase sabe que está limitado porque en algunos meses se queda sin el futbolista.
La pregunta, a esta altura, es: ¿no es hora de interrumpir esta decisión de colgarlo? ¿Mantener esta determinación es hacerse daño? Porque un cosa es cuando Boca tomó esta postura y muy diferente es ahora. Se alinearon todos los planetas en contra, como en el gol del 1-1 de Fortaleza.
Es mala suerte que en tan poquito tiempo se hayan lesionado en fila primero Anselmino (central con proyección, pichón de estrella), luego Marcos Rojo (viene con recaídas, reincidiendo en problemas físicos) y ahora Figal. Todo mientras Valentini, hombre de Selección que se quedaría sin Juegos Olímpicos, sigue parado y entrenando.
Como Valentini está en regla para jugar, no sería descabellado una vuelta atrás y ponerlo. Al menos, contra Central Córdoba de visitante y el siguiente con Talleres. Si se mantiene firme el club, hay más riesgo sin dudas de perder puntos valiosos (como en el debut vs. ATU), sabiendo lo que puede aportar el joven seleccionado por Scaloni. Sabiendo que la dupla será Di Lollo-Lema y con Mendia de suplente. Y aunque el campeonato recién empieza, no hay que olvidarse de que ya se juega la carrera por ingresar a la Libertadores 2025.
No es fácil. Hubiese sido más sencillo ganar, cuidar el resultado ante Fortaleza, habría más oxígeno. Será priorizar a la institución, y reglas de juego claras. O Boca por encima de todo, como suelen decir muchos jugadores, ex y amigos hablando de fútbol. Depende de Riquelme y también de Martínez, que arriesga mucho.
Jugó la final de la Libertadores 2023 (REUTERS / Sergio Moraes).
Figal también se lesionó ante Fortaleza (EFE / Juan Ignacio Roncoroni).
