Figura muy querida de telenovelas, murió la actriz Tina Serrano. Fue confirmado hace dos horas por su familia. A través de Facebook, su hijo Hilario Quinteros dio a conocer la noticia con un mensaje: “Mi mamá falleció. Se fue en paz. Estoy muy triste”. Tenía 82 años.
Hasta el momento no han trascendido las causas de la muerte. Sin embargo, varios actores y artistas que la conocieron la despidieron con dolor. “Querida Tina, que los ángeles acompañen tu vuelo. Adorada compañera”, posteó Ana María Picchio en su cuenta de Instagram.
«Con gran tristeza nos despedimos de nuestra afiliada, la actriz y directora Tina Serrano. Durante sus seis décadas de destacada trayectoria, se lució en teatro, cine y televisión. Enviamos nuestras más sentidas condolencias a sus hijos y seres queridos», se puede leer en las redes sociales de la Asociación Argentina de Actores.
Había nacido en Munro un 21 de julio de 1941 con el nombre de Martina Angela Serrano. De familia de actores, su padre, Enrique Serrano, español él, fue marcándole a fuego el destino. Sus primeros pasos los dio en la década del ’60, en teatro, con el drama Los hijos de Eduardo. Luego seguirían participaciones en La señorita de Tacna, Pan y circo, Jardín de otoño, La mujer del año y Medea.
Fue galardonada con los premio Molière, María Guerrero, Konex y, en 2003, reconocida con el Premio Podestá a la Trayectoria. En el año 2022, uno de sus últimos proyectos, estuvo como directora de su propio hijo Hilario -fruto de su relación con el recordado Lorenzo Quinteros-, en un puesta llamada Zoom para dos, obra con situaciones por momentos desopilantes, basada en las dificultades de encontrarse luego del aislamiento y distancia social propia de la pandemia.
“Poner en nuestra boca palabras que no son tuyas y hacerlas propias. Es un trabajo muy arduo y fascinante. Misterioso y mágico”. Así definía su profesión Tina Serrano. Con esas palabras, también la recordó en redes el Teatro San Martín.
En la televisión formó parte de elencos memorables como Alta comedia, Gasoleros o Mujeres asesinas, sin olvidar sus participaciones en Historia de un clan, Amas de casa desesperadas, 90 60 90 Modelos, Camino al amor, Lalola o Mosca y Smith.
Su versatilidad la llevó a encarar obras a las órdenes del recordado Roberto Villanueva (“Mi maestro, trabajar con él para mí fue lo máximo”).
Sobre la relación con Lorenzo Quinteros, vida y obra es algo que se mezcló naturalmente: «Vivir con Lorenzo fue muy divertido: tuvimos tres hijos, hicimos cinco obras. Bancamos el exilio en España y después en Francia, que fue difícil. Muy difícil. Somos del mismo palo. Un actor increíble. A él tampoco le dio por esa cosa de matarse y de responder a la competencia feroz…».
En la memoria colectiva quedará para siempre la tía incestuosa de Resistiré (Telefé). Además, bajo la dirección de Enrique Pinti, supo explotar su costado humorístico en Pan y Circo.
A propósito del éxito de Resistiré, Tina había dejado boquiabiertos a los panelistas de Indomables, que se veía por el canal América, a las 21. Era el año 2003. La actriz había sido presentada como «La tía hot», su personaje en la tira. Al principio, todos dudaron en hacer preguntas «picantes» y titubearon con obviedades como ¿qué te dice la gente por la calle? La que se animó en su momento fue Gisella Marziotta -antes periodista, ahora legisladora- cuando fue directo al grano con una pregunta subidísima de tono.
«¿Preferís el sexo oral o hacer el amor?» Entonces, Tina Serrano -«hot a los 60» decía el videograph- comentó que le gustaba «todo». Incluso agregó -cuando indagaron sobre la edad de sus amantes- que tenía un «amigo grande» con el cual «me entiendo». Y remató: «Cuando ve las imágenes de ‘Resistiré’ me llama y me dice: cada vez estás más p…».
«Soy una actriz bastante underground», dijo en otra oportunidad. Empezó de extra en el Teatro San Martín porque su padre, también actor de circo criollo, decía que para ser domador primero había que barrer muy bien la jaula del león. Era de las que pensaba que los actores se iban haciendo con el tiempo. «No es lo que pasa ahora. Ahora, la experiencia te sirve, en el mejor de los casos, para acompañar a los más jóvenes. Hoy nos sacamos la foto para la marquesina y después empezamos los ensayos».
Se hizo de a poco. Y de abajo. Trabajó en muchas cosas: en una empresa de tinglados para campos, ¡en otra de ovejas! y hasta en una sucursal del Banco de Boston. «Era fantástico. Ganaba mucho y me iba al carnaval de Bahía. Me gusta mucho Brasil. La verdad es que soy vaga. No me gusta trabajar. Me gusta estar bajo una palmera, mirando el mar, y que sea lo que Dios quiera», confesó en una entrevista con este diario.
Y agregó: «Cuando no trabajo hago cursos: soy jardinera, hago cosas de medicina ayurveda, tengo un taller de filosofía con otra gente. Cosas que no sirven para nada. Soy especialista en cosas que no sirven para nada. Si yo tuviera guita para vivir, me hubiera retirado».
Tuvo también una dilatada presencia en películas como La noche de los lápices, Matar al abuelito, ¿Dónde estás amor de mi vida, que no te puedo encontrar?, Chechechela, una chica de barrio, De eso no se habla, Los chicos de la guerra, La Madre María, La clínica del Doctor Cureta y Caídos del mapa.
En cuanto al oficio, y sin nunca haberse dedicado de lleno a la docencia, Serrano recomendaba abiertamente la introspección. «Quedarse, profundizar, estar con uno. Eso me gusta y eso es lo bueno que tiene el teatro. A veces salen cosas que uno no sabe que tiene adentro. No es una cuestión de letra, hay una búsqueda del inconsciente y de repente aparece algo, una frase, la respiración del personaje. Después se pierde. Y eso va y viene hasta que se une todo».
Los años la fueron volviendo un poco cínica. «Ahora estoy grande, pero no me quejo. En esta profesión zafo un poco más porque abuelas siempre van a necesitar. Si no te operás, de abuela das bien. Hay mucho grupo en el ambiente. Es muy individualista el mundo del actor. Yo no creo que me quieran tanto como dicen. ¿Por qué me van a querer? Si a veces ando con un mal humor…».
Aplauso, medalla y beso. QEPD.